jueves, 22 de enero de 2009

La historia más dulce de mi vida

Caminado por aquel mágico bosque dónde te vi por primera vez , tan dulce como un ángel, tan delicada como un hermoso clavel, me acerqué a tí, con la intención de poder tus ojos mirar. Sonreíste tan tiernamente, preguntando cuál era mi nombre, nerviosamente respondí, me llamo alan, pregunté su nombre suavemente, y respondió , se llamaba ángel, desde aquel momento su mágico encanto me amarro a ella, sin dudarlo me había enamorado.

Los segundos pasaban y solamente pensaba en ella, yo era el príncipe, pronto rey del bosque, todos al mirarme, notaban que algo extraño pasaba en mí, creo que el enamorarce te hace ver distinto, porque hasta los seres del bosque, los animalitos más pequeños lo notaban, cada vez que caminaba bajo una pareja de aves estos cantaban y silbaban, y cuando una pareja de aves realiza aquel expresión, es por que el amor verdadero está bajo ellos, para ser príncipe debo conocer cada expresión, de cada ser que habita en mi querido bosque, pero más me interesaba saber en las expresiones que ella tenía sobre mí, mi ángel desde el primer día en que la vi, deseaba con ansias que fuese la compañera de mi vida, hasta el momento en que cerrara los ojos para siempre.

Pasaban los días, y ella más me enamoraba , con su profunda sencillez, y su corazón lleno de amor, me encantaba, me hacía soñar con cosas que jamás había visto en mis años de existencia, difícil sentir, pero, tan hermoso, sin explicación ya la amaba, sin explicación ya deseaba con mas ansias sus labios rozar, sus manos sentir sobre las mías, deseaba darle un sí, cuando nos uniera simplemente el amor, para siempre.

Llego el mágico momento, mi declaración ante ella, nos encontrábamos frente a una hermosa laguna, sentados en unas rocas contemplando el paisaje tiernamente, abrazados, la tomé de las manos, la miré a los ojos, y le dije todo lo que sentía, una lágrima brotaba de su mirada, preocupado pregunté por qué lloraba, y una dulce risa, respondió: - no estoy llorando, estoy feliz, porque por tí siento lo mismo, y esperaba con ansias este momento.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, tome delicadamente su carita, y un beso declaró el inicio de la historia más dulce de mi vida.

Demasiado tarde para pedir perdón .#


Me llamaba Camila, tenía una relación con la persona más hermosa que puede pisar la tierra, creía que con él iba a pasar mis vida entera, compartiendo simplemente felicidad, pero algo cambió el rumbo de mi fantástico destino.

Me veía sumergida en un mar de culpas, de lamentos, no encontraba la salida para que mis males desaparecieran, o tal vez era yo la que debía desaparecer, sin dejar un rastro del paso que tomé, cuando caminé hacia la perdición.

Las horas pasaban, y más recordaba el daño que había realizado en la persona que pensé que sería la que más cuidaría, la que más llenaría de felicidad, sin matar su corazón. Pero, nada es como lo creía, bastaban de segundos de ira interna, para desatar una lluvia de dolor en la mirada de mi dulce amor, la tristeza, la rabia se hacía parte de mí, con solo pensar en todo lo que hacía, que lamentable ser alguien que no domina sus sentidos, que no domina sus sentimientos de expresión ante la molestia , que no domina las palabras ante la persona que siempre trato de acompañarte, a pesar de mi cruel inconsciencia.

Sabes que la vida es demasiado corta, sabes que debes vivirla al máximo, contigo quería vivir el resto de mis años, contigo soñaba llegar a esa fantasía de blanco, pero todo se caía en pedazos, por mí, o más bien por los dos, el hecho de que perdonabas cada palabra que hería y rompía tu corazón, y yo desatando la ira que nunca debí traspasarla a ti.

Vuelvo al presente, ¿Qué presente?, yo misma borré mi presente, con los errores que cometí,cada vez que mi mente tomaba el poder, sé que es tarde para pedir perdón, sé que el daño ya esta hecho,pero, la agonía que sentí cuando te veía llorar, paga todo lo que hice, sobre todo cuando te vi partir, ahora estas con rencor cada vez que mi recuerdo en ti aparece, lo entiendo, es difícil decir que te quedes con las cosas buenas de nuestro mágico y trágico cuento, no te lo pido, sino que lo espero.

Las horas siguen pasando, mientras yo tomo vuelo a un más allá que nunca nadie conoce, hasta que su hora haya llegado, simplemente yo adelanté aquel reloj que indica el tiempo de vida que debía cumplir, simplemente así huí.