martes, 28 de octubre de 2008

El silencio de un amor

Caminando lentamente entre la multitud, logro ver un mundo distinto. Mil pensamientos comienzan a navegar rápidamente dentro de mi cabeza, tu recuerdo se hace presente, tanto como la noche de ayer cuando tu silueta vi junto a mí, sin estar conmigo físicamente, tu sombra cubría aquel lugar.

La pregunta de qué sentía se hacía cada vez más presente, ¿ Cómo descubrir algo que nunca pensé sentir ?, confusiones, cuestionamientos, crecían y crecían, como aquellas flores en plena primavera, o las nubes grises que se posan cada invierno sobre nosotros, tanto así, que mi cabeza comenzaba a desesperar, sin saber que hacer, sin saber donde ir, sin saber simplemente que responderme a mi misma.

Las horas se hacían eternas, el viento comenzaba a soplar, mi desesperación comenzaba a aflorar , mis sentidos a decaer. Hasta que comencé a retroceder, el pasado ver, aquellos ratos cuando tu sonrisa era parte de mí, cuando tu mirada me intimidaba cada vez que jugabas a observarme, o simplemente los momentos que solíamos caminar sin un sentido, ¿ Qué importaba el sentido ? sí tu estabas conmigo, y yo contigo.

Las emociones se van privatizando cada vez que te das cuenta que es más que amistad, comienzas a crear aquel mundo mágico y perfecto, pero , para ti siempre irrealizable, ¿ Por qué ?, la respuesta es fácil, la persona con quien idealizas ese mundo, no planea desarrollarlo contigo. Triste, ¿no?, hay cosas que por muy dañinas que sean, mucho traen consigo.

Aquella tarde donde mis sueños no existían por aquella gran confusión logre pensar por fin en un minuto, más bien diría un segundo, lo que de verdad era lo que sentía, mi gran efecto de intranquilidad eras tú, aquel hombre que vi como un amigo, ahora mi corazón dejaba esa palabra para convertirla en amor, tan difícil para mí, tan fácil para mi sentir.

¿ Cómo decir lo que siento ?, ¿ Tendré que callar ?, nuevamente caía en un sin fin de emociones, cuando ya mi mente ahogada en un mar de ideas, cuando mis ojos derramaban una lluvia de lágrimas, por aquello que estaba pasando, sabía que si esto se transformaba en algo más , la amistad desaparecería si yo se lo llegase a confesar, tan tonta me sentía, pero de que vale lamentar, si mi corazón ya decidió, y no se puede cambiar, al menos, que el tiempo me haga olvidar.

Ustedes se preguntarán que hice después de todos mis cuestionamientos, para no perder aquella base que mantenía mi alegría, decidí callar, el silencio otorgaría una protección a lo que no deseaba perder, que era mi dulce príncipe azul, de esos que navegan por lagunas y bosques de hadas, aquellos valientes caballeros de lindas armaduras posando con su espada, mis ojos se cerraban para pensar el siguiente segundo en ti, sin entender porque pasaba lo que sentía, queriendo besar tus labios, acariciar tu rostro sin declarar un fin, pero el silencio, era más fuerte. Mi felicidad, eras tú, ¿de qué valía perder tu cariño, por un escape del corazón?.

Donde quieras que estés , siempre te buscaré en aquel sueño donde tú sueles ser aquel fiel compañero de mi sentimiento.


Mi duendecito ♥


Un dulce duende buscando su corazón entre tanta multitud indiferente, difícil era para él lograr saber donde se encontraba aquella duendecita que podría su corazón tener, su corazón cuidar, su corazón simplemente amar.

Sus fuerzas comezaron bien, pero, a medida que el tiempo pasaba y no lograba hallar nada, su debilidad comenzaba a florecer, sus fuerzas decaían y el simplemente no sonreía.

Los segundos se convertían rápidamente en minutos, los minutos en horas, las horas en años, que jamás se volverían a recuperar.

El duendecito ya simplemente derrotado, en una roca reposó, sus lágrimas comenzaban a caer, su mente y corazón preguntaban el ¿por qué?, un hada tiernamente atraída por el llanto de aquel duende, se sentó suavemente sobre el hombro de él, preguntando que le ocurría. El duendecito tendió a contarle todo lo ocurrido, en eso el hada con una mirada tiernamente le señaló su error.

Jamás debes buscar el amor, el amor solo llega a tí, el amor verdadero no se busca, llega cuando tú menos lo esperas, llega cuando más lo necesitas, cuando más lo quieres abrazar, no cuando crees desearlo demasiado.

El duendecito, logró calmarce un poco con las palabras del hada, logro comprender el mensaje que ella le traía, se sentía tranquilo después de haber meditado lo ocurrido, por lo que decidió acabar su búsqueda, y simplemente ser paciente y esperar lo que de verdad va a valer la pena, el amor verdadero.

Sin darse cuenta, el duendecito ya sentía amor por una duendecita, hasta aquel día recordó las palabras del hada que tanto lo ayudo solo con hablar, hasta aquel día agradece el instante, los segundos que le brindó para que él pudiera entender el verdadero significado de amar, que nunca surge de búsquedas, surge del corazón, surge naturalmente, tan naturalmente como llegó.

Una tierna pareja de duendecitos, una tierna historia para declarar el final del dulce sueño de un pequeño duende que buscaba simplemente ser feliz.